viernes, 12 de abril de 2013

Mis primeras impresiones: la documentación preliminar

La primera reflexión que me viene a la cabeza es la dificultad de disociar la interacción con la plataforma, de la documentación provista y del diseño de las actividades planteadas. Obviamente, las posibilidades de la interfaz con que contamos, en este caso, Moodle, condicionan sobremanera el tipo de actividades que se pueden desarrollar o la tipología de materiales a la que acceder. Partiendo de aquí, intentaré sin embargo, tratar primero sobre los documentos preliminares para hacernos con la plataforma y el curso.

Me parece imprescindible en este sentido, haber podido contar, además de con las instrucciones para el manejo de Moodle a nivel de usuario —en varios soportes diferentes—, con los documentos FAQ y Recomendaciones para la realización de cursos en línea. En estos casos, la duplicidad de información deja de ser un elemento en el que podríamos perdernos, garantizando la incorporación de los usuarios en el sistema a través del empleo de distintos canales con contenidos recursivos.

Otro elemento fundamental, al empezar un curso de formación en línea, es para mí —tal y como ya ha ido apareciendo sucesivamente en los foros— el envío y recepción de los Mensajes de Bienvenida. Además de servir como primera toma de contacto con el tutor, que pretende dejar sentada su buena disponibilidad, mostrándose cercano y accesible, veo en estos mensajes un componente “psicológico” más. Para mí, estos mensajes funcionan a nivel de rito, empleado este término en su sentido más positivo de la cultura del aula. Es decir, creo que la Bienvenida sirve, tanto al tutor como al alumno, para dotar de una cierta “oficialidad” al curso. Este mensaje se convierte entonces en el disparo de salida y se traduce en un “esto ya ha empezado, luego existe”. Con este ya empezar, creo que lo virtual se realiza en cierta manera, se factualiza más bien, y echa a andar entonces el compromiso fundamental entre tutor y alumno, entre tutor y grupo y, por último, pero no menos importante, entre alumnos y alumnos. Todos tenemos la vivencia de cuando comienza un nuevo curso, ya sea como alumnos o profesores, y no conocemos a sus participantes. Siempre hay una incertidumbre y nerviosismo previos, seguramente, porque sabemos lo importante que son las primeras impresiones de cara a crear cohesión de grupo. Luego, después de la primera clase, yo me suelo quedar con la sensación de que ya ha pasado el “momento de la verdad”. En mi experiencia como alumna, en la formación en línea, este nerviosismo persiste, y el mensaje de Bienvenida funciona para mí como ese atenuante “momento de la verdad”. De ahí mi comparación con el rito: es más fácil ser consciente y hacerte una idea de en qué estás metida, de qué formas parte y de qué irá el curso y cómo será este.

Y aquí, encadeno ya con el último aspecto que me gustaría tocar en esta entrada: la Guía del curso. Este es un documento crucial, ya que es el verdadero recurso que orientará la atención del alumno con respecto al curso en sí. En mi opinión, dentro de este documento una de las cuestiones más relevantes e importantes es que quede reflejado el sistema de evaluación, incluidas las rúbricas, tal y como sucede con el documento con el que nosotros contamos. Sin embargo, quizá también deberíamos tener acceso al grueso de las actividades que compondrán el total del curso. Por supuesto, quizá no en este documento, porque se haría demasiado farragoso, pero sí visibles, al menos, en la parte central de la plataforma. Creo que esto, que en un primer momento, puede dar un poco de vértigo a los alumnos, a la larga es positivo porque incentiva la autonomía del alumno con relación a su gestión del tiempo. Tener conocimiento de lo que se va a ir haciendo, ayuda a una mejor planificación que te permita, por ejemplo, adelantar trabajo, y por otro lado, ayuda a que no nos solapemos en la realización de varias actividades, planteadas de manera sucesiva para incidir gradualmente en un mismo contenido o habilidad hasta llegar a una etapa de consolidación del mismo. pero que tratan de profundizar gradualmente en ellos. Así, creo que se consigue una actuación más efectiva y eficiente por parte del alumno, evitando que caiga en resoluciones y/o respuestas redundantes a actividades consecutivas.