martes, 23 de abril de 2013

El mensaje de bienvenida

Esta actividad ha de entenderse como una prolongación de la anterior, ya que una vez trazado el calendario para un curso imaginario, he preferido continuar con el mensaje de Bienvenida que lo acompañaría. De este modo, espero conseguir una ejecución más cercana por mi parte a la que tiene que sujetarse un tutor real.

Por otro lado, he decidido adoptar un tono bastante serio, porque este hipotético curso estaría dirigido a profesores en formación. Soy de la opinión de que los profesores somos alumnos muy demandantes que agradecemos, buscamos y exigimos, a partes iguales, la profesionalidad. He intentado, por tanto, transmitir esta sensación a mis destinatarios. Considero que ya habrá tiempo y espacios, dentro de la plataforma, para adoptar un tono más informal cuando se requiera.

Como última consideración, quiero dejar aquí sentado, también con relación a la redacción, que en este correo imaginario aparece mucho de mí, mucho de mi forma de expresarme. No sé si esto es bueno o malo, pero en cualquier caso, pienso que este correo de bienvenida tiene que hacer sentir cómodos a los estudiantes, pero también yo necesito sentirme cómoda y auténtica. Adoptando otro tono más informal para este grupo de destinatarios, para salvar esta actividad, me hubiera hecho sentirme un poco falsificada.

Voy entonces con el resultado de mi actividad, adjuntando en primer lugar, la consigna como he venido haciendo hasta el momento.

Consigna: Elabore un correo de bienvenida para un curso (puede tomar los ejemplos de cursos dados en actividades anteriores o pensar en uno imaginario), con su tono y estilo personal, y cuélguelo en el blog.
Ejemplo
Hola a todos:
¿cómo estáis? Espero que estéis bien, y tan animados como yo ante el comienzo de este curso. En este correo os quiero dar la bienvenida y...

Estimados alumnos:

Bienvenidos todos a este curso en línea de Enseñanza por tareas que organiza la plataforma Virgu-l.

Mi nombre es Begoña García Migura y soy profesora de ELE desde hace más de 12 años. Durante todo este tiempo, he venido compaginando esta labor con la formación de profesores y voy a ser vuestra tutora a lo largo de este mes de junio.

El curso Enseñanza mediante tareas tiene como objetivo capacitarnos en el diseño de un currículo de ELE basado en esta metodología. Para ello, profundizaremos en algunos de los conceptos básicos de esta propuesta de enseñanza-aprendizaje, pero sobre todo, esta formación tiene una vertiente práctica. Por eso, al final del curso, seremos capaces de diseñar una unidad didáctica en la que se aplicarán las teorías y modelos estudiados.

El curso se compone de 5 módulos. El primero comienza este lunes, 3 de junio, y el quinto módulo finaliza el viernes, 28 de junio, con la entrega del trabajo final. No obstante, el curso se cerrará oficialmente el día 30 de junio, con la evaluación y retroalimentación que os haré llegar a cada uno de vosotros, a través del correo electrónico, y con la entrega de notas. Podéis encontrar toda la información sobre los hitos del curso en el Calendario.

A lo largo del curso, tendréis que haceros con los contenidos, a través de las lecturas planteadas, ir resolviendo las distintas actividades interactivas que aparecen en la plataforma y participar en los foros de debate y foros de actividades que se os propongan como obligatorios.

Como trabajo final, cada alumno tendrá que elaborar un portfolio en el que deberéis incluir vuestra unidad didáctica, acompañada de su justificación en forma de reflexión personal. Como sabéis es importante ir trabajando en el portfolio, a medida que avanza el curso, para que no se nos acumule todo el trabajo al final del curso.

La Evaluación se hará de la siguiente manera:
  • Actvidades interactivas y lecturas: 15 % de la nota
  • Participación en los foros (de debate y de actividad): 20 % de la nota
  • Portfolio: 65% de la nota
Podéis consultar más detalladamente la información sobre los contenidos, actividades, dinámicas de participación y criterios de evaluación en el documento Guía del Alumno.

Además, contáis con mi total disponibilidad durante todo el curso para cualquier duda que os pueda surgir: sea de contenido o de funcionamiento de la plataforma.

Me encontraréis en esta dirección de correo electrónico o en el de la plataforma. Sin embargo, es recomendable que las cuestiones que puedan servir a todos los participantes se publiquen en los foros, ya que generalmente, todos tenemos dudas parecidas.

En principio, os responderé lo antes posible, aunque teniendo en cuenta las diferencias horarias entre nosotros, en alguna ocasión me puedo retrasar unas horas en mi respuesta.

Al final de cada módulo, recibiréis un correo con retroalimentación sobre la marcha de  vuestro trabajo.

Para comunicarnos, además del correo electrónico, podemos hacerlo a través de las siguientes herramientas:
  • El chat semanal: se organizarán dos sesiones de una duración de 45 minutos en un mismo día y tendrán la misma temática. La primera sesión será de 9.00 a 9.45  y la segunda de 19.00 a 19.45 (hora Madrid). Cada alumno podrá asistir a una de las dos sesiones. Aunque la participación no es obligatoria, sí que es muy recomendable
  • Foro de dudas: permanecerá abierto mientras dure el curso
Espero que hasta aquí, esté todo claro, pero ya sabéis que podéis contar conmigo para cualquier cosa que necesitéis. Espero también que el curso os resulte tan interesante y motivador como yo lo encuentro. Estoy convencida de que vamos a aprender un montón los unos de los otros.

Os animo entonces a que consultéis los documentos de los que os he hablado y naveguéis por la plataforma para ir haciéndoos con ella. Precisamente, el primer módulo que vamos a empezar está diseñado para esto. Como estáis a punto de descubrir, nos vemos el lunes en Lectrio con una presentación muy personal…

Hasta el lunes entonces y feliz fin de semana.

Elaboración de un calendario

Para poder contextualizar esta actividad, lo primero que veo necesario es analizar la consigna:

Elabore un calendario para los alumnos del siguiente curso imaginario y cuélguelo en su blog. Consulte la propuesta de un compañero, compárela con la suya y haga comentarios si le parece oportuno.
Descripción del curso. Es un curso de 4 semanas. Consta de cinco módulos:
1. Introducción y presentación. Tiene dos foros optativos (solo hay que participar en uno).
2. Contenidos. Incluye lecturas, actividades interactivas, una actividad en el foro y un test de autoevaluación.
3. Contenidos. Incluye enlaces a lecturas obligatorias, un foro de debate, activideades interactivas, una actividad en el foro y un test de autoevaluación.
4. Contenidos. Incluye enlaces a lecturas obligatorias, un foro de debate, activideades interactivas, una actividad en el foro y un test de autoevaluación.
5. Revisión del trabajo, intercambio con los compañeros y envío al tutor.
Habrá una sesión de 45 minutos de chat por semana (repetida dos veces para diferentes alumnos) y un foro de dudas siempre abierto.

En mi caso, me parece más interesante hacer la comparación con un curso real que con uno imaginario, por eso, me tomaré la licencia de comparar mi planificación imaginaria con la de este mismo curso: el CFP 325-13. Sin embargo, para poder cumplir con el objetivo de la actividad, lo que sí haré es comentar en el blog de un compañero, su calendario, tomando como referencia el mío propio.

Retomando ya la consigna de este ejercicio, la primera cuestión que me ha surgido ha sido la de resolver, únicamente a través del instrumento Calendario, el hecho de que los estudiantes participen de manera obligatoria en uno de los dos foros del Módulo I, siendo, sin embargo, optativos los dos. La única solución factible que encuentro a esta pequeña contradicción es dejar uno de los dos foros como obligatorio (Foro presentaciones) y el otro como opcional (Foro expectativas y necesidades).

El siguiente contrasentido con el que me he encontrado reside en el hecho de tener que marcar todos estos eventos en el calendario para poder cumplir con los requisitos del ejercicio. Y es que, tal y como se me pedía, he referenciado el total de las actividades que aparecen en la consigna, pero esto no me parece realista, ni pedagógicamente adecuado. Muy por el contrario, pienso que un calendario como el que aquí se presenta, aunque orientativo en algunos aspectos y más asertivo en otros —de ahí la leyenda de colores—, puede resultar contraproducente por el exceso de información que aporta.

Además, marcar el total de actividades en el calendario va en contra de una de las premisas de la educación —tanto de la presencial, como de la en línea, pero más especialmente de esta última, por ser el caso que nos ocupa—: fomentar el proceso de autonomización de los alumnos, puesto que les resta la libertad y la capacidad de organizarse por sí mismos. Si tomamos como ejemplo el caldario con el que contamos nosotros, nos damos cuenta de que solo aparecen los hitos más importantes del curso que vienen a coincidir, fundamentalmente, con los principios y finales de los distintos módulos o las sesiones de chat:


Lógicamente no se nos señala cuándo tenemos que hacer las actividades interactivas o cuándo haremos nuestras lecturas: somos nosotros los que tenemos que organizarnos en función de nuestro tiempo y de nuestras necesidades.

En otro orden de cosas, me parece importante incluir dentro del calendario el hito de la Evaluación y la Retroalimentación que no aparece en los modelos de calendarios con que hemos trabajado. Creo que, a pesar de que la retroalimentación tiene que ser más continuada, sostenida y explícita que en lo presencial —donde la mayor parte del feed back se produce de manera diríamos casi espontánea e inmediata gracias al cara a cara—, es importante hacer, al menos, una puesta en común en plenaria —preferiblemente a través del chat— al ir casi a finalizar el curso. Por tanto, resaltar este paso formativo en el Calendario me parece un acto de obligada responsabilidad por parte de los tutores.

A este respecto, he de decir que la elección de la herramienta evaluativa final —en mi caso, me he decantado por la realización de un portfolio—, es una de las cuestiones que más me ha condicionado a la hora de gestionar el tiempo del curso. Por este motivo, creo que merece la pena detenerse aquí.

Primeramente, me parecía poco realista incluir todas las acciones previstas en el módulo V en aproximadamente cinco días. Enviar nuestro trabajo a un mínimo de dos compañeros, que ellos tengan tiempo de leerlo y de hacernos sus comentarios para que, luego, podamos nosotros introducir los cambios que nos han sido sugeridos antes de enviárselo al tutor, mientras, por nuestra parte, hacemos lo mismo, pero en el sentido inverso —revisamos el trabajo de otro(s) compañero(s)—, me parece un proceso complejo que demanda, además de tiempo, una sincronización y un compromiso entre los alumnos que puede exceder con creces su propia disponibilidad. Tomando en consideración todo esto, he llegado a la conclusión de que una de las pocas herramientas que permitiría, en un mundo real, agilizar este proceso, o como mínimo, tener bastante avanzado el trabajo personal de uno como para permitir una corrección previa a la entrega del tutor era el portfolio. Por este motivo, he tenido que adelantar el envío de la primera versión de borrador a los compañeros, de modo tal que, al empezar el módulo V, pueda el alumno empezar a volcar los cambios sugeridos e introducir las mejoras que considere necesarias de cara a la entrega de la versión final. Así pues, y a diferencia de lo que consta en la consigna, en mi planificación, el último módulo arrancaría ya con la recepción de la retroalimentación de los compañeros.

La última consideración al respecto del calendario, es que he tratado de “vaciar” de actividades lo máximo posible los fines de semana. Esta decisión se debe a que la disponibilidad de los participantes en el curso estará limitada por su dedicación al trabajo, durante la semana, y/o a la familia o a los compromisos sociales durante el sábado y el domingo. En consecuencia, los fines de semana, es probable que los estudiantes inviertan el escaso tiempo libre con que el cuentan para poder ponerse al día con las actividades del módulo anterior que les hayan podido quedar pendientes. Por este motivo, no parece realista, o al menos, resulta muy poco práctico, contar con una planificación como la del curso CFP 325-13, en la que los módulos empiezan el viernes. Remontar el retraso que supone el fin de semana de cara al arranque de módulo es algo bien complicado y frustrante, ya que, de todos modos, ese tiempo libre lo usamos generalmente a finalizar el módulo anterior. Con esta planificación, acumulamos entonces un doble retraso y la brecha para ponernos al día parece insalvable, repercutiendo negativamente en nuestra motivación. Creo que todos preferiríamos expandir la duración final del curso en una semana y poder desocupar los fines de semana para hacer las actividades como se debe, sin prisas y meticulosamente, ya que el pilar principal de la formación en línea gira en torno a la reflexión y esto requiere elaboración y tiempo. Asimismo, pienso que sería más productivo replantear esta planificación del CFP 325-13 porque redundaría en nuestro beneficio. Es una pena tener la sensación —o quizá peor, la tentación— de acabar haciendo las actividades para que consten como hechas. En mi caso, y a pesar del retraso que llevo en este segundo módulo, creo que seguiré profundizando en la resolución de trabajos, a pesar de que los plazos vayan a jugar en detrimento de mi calificación. No es por rebeldía, sino por principios: lo que persigo aquí es mi cualificación.

Hechas estas consideraciones, vuelco aquí el calendario que he elaborado.



Para una vista en detalle, descárgatelo aqui

Estoy trabajando también en una versión más interactiva de este calendario a través de Google Calendar. En cuanto disponga de ella, la colgaré en esta misma entrada, acompañada de mi reflexión sobre qué me ha parecido la herramienta.

Hipótesis enseñanza presencial / enseñanza en línea

En esta entrada quiero volcar el resultado de una de las actividades interactivas que se plantea en el segundo módulo del curso, El tutor como planificador. Aunque esta actividad consistía en la elicitación de nuestros conocimientos previos, se nos proponía la lectura de un artículo para su resolución.

Barberà Gregori, Elena (2005). “Los fundamentos teóricos de la tutoría presencial y en línea: una perspectiva socio-constructivista”. En Educación en red y Tutoría en línea.

Disponible en:


A pesar de que el artículo me ha gustado y tiene consejos muy prácticos para la autorización en línea, considero que algunas de las cuestiones que se plantean aquí como especificidad de la tutoría en línea, no son privativas de este tipo de entorno de enseñanza, si no que más bien responden a un ideal socio-constructivista de la educación, sea esta en línea o presencial. Así pues, algunas de las dicotomías que se presentan en este artículo, en el sentido de oposición entre los dos entornos, yo no las entiendo como tal. Creo que se trata más bien de una intersección, aunque sí que es cierto que algunos aspectos determinados pueden hacerse más visibles o evidentes en la enseñanza en línea. Hecha esta reflexión previa, cuelgo aquí, como decía, el resultado de mi actividad que, en algunas cuestiones, se aparta de la fuente bibliográfica que debíamos manejar.

Consigna: Escriba brevemente las diferencias en la labor del profesor/tutor en la enseñanza presencial y la enseñanza en línea. Al finalizar el módulo, vuelva a la actividad y reelabore sus respuestas si lo cree necesario.


Enseñanza presencial
Enseñanza en línea
Organización del tiempo
(del tutor y del alumno)
El profesor gestiona el tiempo dentro del aula y hace una estimación del tiempo que le llevará al alumno la resolución de tareas en forma de deberes para casa.

La disponibilidad del tutor se restringe al aula (tiempo de docencia), así como al tiempo de tutorías. Sin embargo, cada vez es más común que tenga otras “obligaciones” o “implicaciones” de tipo asincrónico: correo electrónico, redes sociales, etc.

El tiempo de autoestudio del alumno, en principio, estará inscrito normalmente en el currículo en forma de créditos ECTS, pero el alumno es libre de distribuirse este tiempo.

Por otro lado, las planificaciones de las sesiones son más susceptibles de alterarse: hay mayor flexibilidad en función de las necesidades que se plantean en el día a día del aula. Hay también más posibilidades de hacer modificaciones en la marcha del curso: ampliar material, aumentar actividades para reforzar un punto, etc.

Al transcurrir las sesiones de forma sincrónica, es más sencilla la organización del trabajo cooperativo en el aula.

Conclusión: A pesar de haber una planificación general previa, que conocen tanto el tutor como los alumnos, hay mayor flexibilidad en la gestión del tiempo, lo que da cabida a posibles modificaciones.
El profesor es, en principio, el gran gestor del tiempo, del suyo propio y del alumno, puesto que marca a priori unas pautas de distribución del tiempo del alumno en relación con las actividades formativas que se planteen (ya sean actividades interactivas, colaborativas o foros y chats).

Al dejar fijados los hitos del curso (principios y finales de módulos, entregas de trabajos) desde un principio, se elimina de entrada la posibilidad de negociar fechas. El tiempo extra que se pueda dar, cosa aconsejable, no figura de manera explícita en los calendarios compartidos por tutor y alumnos.

A la planificación del curso, de las sesiones por parte del tutor, a su presencia en los foros y en los chats, hay que añadir el tiempo que este tiene que dedicar al seguimiento individualizado de los alumnos y al monitoreo de sus participaciones a través de distintas herramientas (correo, respuestas en foros, chats y otras). Todo lo que sean necesidades individuales, hay que satisfacerlas de manera adicional, sin que se resienta la estructura y planificación del curso, pudiéndose tomar nota de posibles modificaciones para ediciones sucesivas.

El tiempo de autoestudio del alumno se amplía, como consecuencia de la multiplicidad de recursos con la que se le provee y de la escasez de instrucción magistral a la que estamos habituados. Además, las respuestas a sus preguntas, suelen ser de tipo procedimentales o a través de la provisión de recursos y/o fuentes de información, con lo que tendrá que ir probando estrategias y soluciones por su propia cuenta.

Al transcurrir las sesiones de forma asincrónica es más difícil organizar eventos cooperativos: franjas horarias.

Conclusión: la planificación es crucial y está más cerrada a negociaciones y modificaciones, de modo que la ayuda extra supondrá implicación adicional del tutor y del alumno.
Participación de los alumnos
Una vez creado un clima de cohesión y pertenencia al grupo, será fácil conseguir la participación de los alumnos, intentando sacar las iniciativas de interacción de la esfera del tutor y que sean los estudiantes los que entablen conversación entre ellos.

El tutor animará a la participación que puede redundar positivamente en la evaluación de los estudiantes. Si es así, lo hará saber al comienzo del curso.

Es más fácil hacerse con la personalidad de los alumnos gracias a la interacción cara a cara, por lo que se pueden detectar casos de mayor timidez y actuar en consecuencia para no ejercer demasiada presión sobre estos estudiantes.





Es más difícil de entrada crear de forma natural una sensación de pertenencia a grupo que incentive la participación.

Sin embargo, la participación es crucial aquí, porque es una de las claves para evaluar el progreso y desempeño de los alumnos, así como para hacerles el seguimiento.

El formato ideal de participación es que los estudiantes acaben respondiéndose y resolviendo las dudas entre ellos mismos y que tomen la iniciativa con sus participaciones

Me parece difícil detectar casos de timidez en la enseñanza en línea, puesto que quizá los silencios de algún alumno pueden interpretarse como no implicación. Es fundamental aquí el desempeño del tutor a la hora de diagnosticar y gestionar este tipo de casos.
Socialización de los alumnos
La socialización ocurre per se, porque las sesiones se producen en el aula que es un microcosmos y, por ende, una sociedad y una cultura en sí misma.

Es fácil que se den casos de cooperación que desemboquen primero en compañerismo y luego en amistad. Es fácil también acabar en la cafetería compartiendo intereses y preocupaciones de forma natural.
La socialización es más artificial, porque solo se cuentan con las herramientas del sistema para lograrla:

-          foros
-          chata
-          mensajería privada

Cada herramienta tiene o debería tener su especificidad, por ejemplo, no debería suceder que para saludar a un amigo, usemos el foro en lugar del correo electrónico

El foro de Cafetería parece indispensable para favorecer esta socialización mediada por ordenador. Sin embargo, como alumna, no me resulta tan natural entrar allí a tomar un café y empezar a hablar de cómo me siento. Al menos, todavía no me sucede, pero estoy en camino. Tengo/tenemos que acostumbrarnos/aprender a explotar más esta herramienta/espacio de la cafetería
Planificación del curso
Más abierta a la negociación



Especificación de derechos y obligaciones, actividades individuales, cooperativas, optativas y obligatorias. También de la evaluación

Se tiene que hacer pública al principio del curso, pero solo de forma general
Cerrada a la negociación. Lo que surja como necesidad, se suplirá de forma extra

Especificación de derechos y obligaciones, actividades individuales, cooperativas, optativas y obligatorias. También de la evaluación

Se tiene que hacer pública al principio del curso, y a detalle. Es necesario contar con todas las actividades que van a componer el curso e ir publicándolas a medida que se suceden los distintos módulos. Para mí, como alumna, sería mejor poder contar con el material de todos los módulos.
Desarrollo de las estrategias de autonomía en el aprendizaje
El componente metacognitivo debe estar presente en los materiales y actividades y hay lugar en las sesiones para explicitar este componente. Es importante que la docencia presencial oriente el aprendizaje hacia una autonomización del alumno en el supuesto de que no haya desarrollado estrategias de autonomía de forma previa al curso. En el caso de que cuente con ellas, seguirá tratando de que dicho alumno avance en este proceso de autonomización, diversificando y ampliando su abanico de estrategias
Contar ya como alumno con unas estrategias mínimas de autonomía en el aprendizaje, si no un requisito previo, sí que es algo más que deseable. Esto probablemente redunde positivamente en los índices de éxito y/o abandono de los cursos en línea (el contar con experiencia previa).

Las respuestas del tutor y/o de alumnos a las preguntas de otros alumnos deben estar orientadas a la autonomización de los mismos. Por ello, serán respuestas principalmente de dos tipos:
a) provisión de fuentes de información para la auto-resolución de la duda (resolución guiada)
b) procedimentales

el tutor deberá asegurarse, por distintos canales, de que efectivamente, la duda ha quedado resuelta.
Papel del profesor
Gestor, facilitador y mediador del conocimiento, aunque también se espera de él que provea de instrucción formal (conocimientos declarativos y procedimentales, principalmente).

Diseñador de materiales en distintos soportes
Gestor, facilitador y mediador del conocimiento. Proveer de fuentes de información y de recursos a los estudiantes. Dotar de protocolos de actuación para transmitir su saber procedimental.

Diseñador de materiales en distintos soportes y adaptador de materiales en soporte tradicional al digital (aunque habría que matizar mucho más esto último)
Adaptación del curso a las necesidades de cada alumno (estilos de aprendizaje, fines, gustos e intereses)
Es más sencillo llevar a cabo análisis de necesidades antes y durante el desarrollo del curso para implementar cambios y mejoras o para adaptar los contenidos y materiales a los gustos e intereses del grupo y/o de cada uno de sus integrantes.

La interacción cara a cara facilita además un seguimiento del grado de satisfacción de los alumnos con el curso y el profesor.
El seguimiento de cada uno de los alumnos será una de las labores principales del profesor, en forma de retroalimentación, de estímulo positivo, de monitoreo de actividades. Aquí entra su capacidad para detectar necesidades, gustos e intereses. Paradójicamente, aunque la planificación y temporalizaciones estén cerradas, puede darse el caso de que en el on line se den más ocasiones para la personalización de contenidos a través de las preguntas que va recibiendo el tutor o de las cuestiones que se plantean en los foros. Este es un punto, en cierta manera de improvisación, en el sentido positivo, o si se prefiere, de negociación de contenidos.

La interacción, principalmente por escrito, hace más difícil que el alumno se atreva a mostrar una posible insatisfacción con respecto al curso, contenidos y/o desempeño de su tutor. Es más violento mostrar desacuerdo, con lo que es más difícil estimar y evaluar el grado de adecuación y de satisfacción del alumnado para con los distintos planos del proceso de enseñanza-aprendizaje en línea

Como objetivo final, me marco el volver sobre esta actividad al final de esta formación para poder tomarme el pulso de cómo voy progresando en mi aprendizaje y también para ver si las creencias aquí plasmadas han sufrido algún tipo de evolución.

Última actualización, 16 de abril de 2013

Reflexión bibliográfica:

Castaño Garrido, Carlos (2003). “El rol del profesor en la transición de la enseñanza presencial al aprendizaje ‘on line’”. En Comunicar, Revista científica de comunicación y educación, 2003, 21. 

Disponible en:

http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=755201 [18 de abril de 2013]

A pesar de lo prometedor del título de este artículo, he de confesar que no me ha gustado. Quizá, en gran medida, porque desde que fue escrito hasta ahora ha llovido mucho en la educación, y este llover nos trae una cierta perspectiva con la que poder relativizar los contenidos que aquí se presentan.

En primer lugar, me parece un equívoco contraponer, sucesivamente, las dos modalidades de enseñanza-aprendizaje a las que se alude: la que el autor denomina, demasiado a menudo para mi gusto, “tradicional”, y aquella otra “basada en la red”. En mi opinión, estas dos modalidades se complementan totalmente, hasta el punto de llegar a solaparse en contextos como, por ejemplo, presenciales con una alta carga de autoestudio. En consecuencia, pienso que en lugar de oposiciones, lo que cabría y sería deseable encontrar en un artículo que hace referencia a una supuesta “transición” es más bien un continuo.

En otro orden de cosas, considero que sería más ajustado referirse a la primera de estas dos modalidades como “enseñanza presencial” —coincidiendo así con el título del artículo—, ya que todos somos conscientes de las connotaciones que conlleva el calificativo “tradicional”, aplicado ya no solo al ámbito de ELE, sino al de la educación en general.

Pienso además, que bajo esta denominación y bajo la caracterización de los distintos tipo de aprendizaje que proponía Yeung (2001) (en Castaño Garrido, 2003:51), lo que aquí subyace realmente es, por un lado, un reduccionismo y, por otro, quizá una excesiva fe en las tecnologías y en la red.

Reduccionismo, de una parte, porque hace mucho que los entornos presenciales dejaron de pivotar en el profesor, en el libro y en un largo etcétera de aprendizajes no significativos. La construcción de conocimientos, la negociación de objetivos, la multiplicidad de recursos en las aulas presenciales están a la orden del día.

Excesiva fe, de otra, porque, no por estar usando tecnologías o formándose uno a través de un campus virtual o en la red, se garantiza que los materiales manejados y/o aportados vayan a ser necesariamente más interactivos, más auténticos o que el currículo vaya a volverse más constructivista. Precisamente, uno de los grandes desafíos de la educación es dejar de replicar algunas de las prácticas presenciales y esta vez, sí, “más tradicionales”, en los nuevos entornos digitales para la formación en línea. Considero que aún tiene que pasar un largo tiempo hasta que sepamos reencauzar todo esto y explotar la potencialidad de las distintas herramientas tecnológicas de manera adecuada a nuestras necesidades: las de formadores y las de formandos. Es como cuando el brote de los enfoques comunicativos. Uno vuelve a los manuales de entonces y ve que a la preconizada comunicatividad que, con la mejor de las intenciones, nos vendían, aún le quedaba mucho por andar. Pues esto es lo mismo. Estamos, efectivamente, en transición, aprendiendo y, por tanto, nos llevará un tiempo hacernos con este medio.

Con respecto a los roles (Castaño Garrido, 2003:54), que era un tema que me interesaba mucho, también me he llevado una gran decepción, porque lo cierto es que la información provista es más que somera y será necesario acudir a Coppola, Hiltz y Rotter (2002) para ver en qué sentido se producen cambios de rol en los profesores a nivel cognitivo, afectivo y organizativo, aunque este último es más previsible, en tanto en que todos somos capaces de anticipar, al menos, “la monitorización adicional a los estudiantes”.

En lo que sí coincido con el artículo es en el énfasis que se pone en la función del profesor como consultor de información, el de facilitador y creador y/o reconversor de materiales didácticos a otros soportes, aunque una vez más, ninguna de estas funciones o competencias es privativa ya de la enseñanza en línea. Hecho en falta otras menciones más específicas, como la de animador, gestor de equipos, dinamizador de las comunicaciones mediadas tecnológicamente, etc.

El punto positivo que le encuentro al artículo es la idea de proponer y recomendar la monitorización o tutelaje por iguales. Sería muy positivo poder contar con prácticas de este estilo en cursos sucesivos, aunque soy consciente de que su organización no será sencilla. A pesar de eso, se me ocurren algunas ideas al respecto:
  • en forma de roles, distribuirnos rotativamente, en tutores y alumnos
  • tener en consecuencia disponibilidad de la plataforma en tanto que tutores y alumnos respectivamente
Quizá esto está ya previsto en el CFP 325-13 o en otros cursos sucesivos. Si así fuera, genial, porque tendré la oportunidad de estrenarme de tutora al tiempo que continúo como alumna.

Por último, no quisiera acabar esta reflexión sin retribuir al autor el verdadero mérito que considero tiene este artículo y es el de ofrecer un estado de la cuestión que nos remite a las principales líneas de investigación sobre el tema. Eso sí, estado de la cuestión quizá un poco caduco, ya que, como bien sabemos, todo lo relacionado con las TICs, y en consecuencia, la enseñanza en línea, evoluciona de manera vertiginosa y exponencial… ¡Que Google nos pille confesados!

Mis primeras impresiones: la interacción con la plataforma y con blogger

Para mi sorpresa, en esta ocasión me he sentido muy cómoda con la interacción con la plataforma. Es verdad que no tengo la esperanza de ir a convertirme en nativa digital a estas alturas, pero sin duda, me resulta muy grato descubrir que, poco a poco, voy internalizando herramientas tecnológicos que me permiten ser cada día más competente en entornos digitales. El miedo inicial a “apretar un botón” o ir a “deshacer algo” se ha esfumado y, por tanto, la brecha entre mis futuros alumnos y yo, ya no es tan grande. Ahora soy consciente de que es como todo: cuestión de práctica y de aceptar que, sin ser un Bill Gates, se puede una desenvolver bastante dignamente. Es cierto también que, en ocasiones, con mi incapacidad para comprender las cosas “mecánicas”, en su sentido etimológico, sucumbo a la tentación de volver a mi tradicional pensamiento mágico-animista: “mmm, el blog hace cosas y moodle también”. Sin embargo, es alentador ver que me paro, respiro y leo y, lo que es más, he sido capaz por mí misma de resolver algunos problemillas que me han surgido. Para otros, he tenido que pedir sopitas, pero sin enrojecerme, que para eso estoy en este curso. Así pues, paso ahora de lo afectivo a lo tecnológico.

Con respecto a la plataforma, mis conclusiones son:
  • Interacción con los contenidos: hay partes interactivas en las que no había caído en un principio. Quizá está por escrito en alguno de los materiales iniciales que leí con detenimiento, pero es probable que, ante la avalancha informativa, no me percatara de este aspecto en el que es importante reparar
  • Interacción con las actividades interactivas (valga la redundancia): hubiera sido positivo saber que contamos con un informe para marcar nuestro propio progreso. Una vez más, seguramente, no he procesado la información a este respecto de la documentación preliminar. Por cierto que, lo de llamarse ‘interactivas’ imagino que viene de que el alumno interactúa con el sistema, pero no me gusta este término demasiado. Para mí misma y para este blog, estoy barajando la posibilidad de rebautizar a este tipo de actividades
  • Soluciones para mí misma en el futuro: introducir en las tareas opcionales de contacto con la plataforma alguna otra actividad donde se obligue a los alumnos a prestar atención a estos dos aspectos
  • Interacción con el servicio de mensajería: se queda un poco corto, porque no permite adjuntar archivos, cuestión que puede ser muy útil. Para esta función —la de adjuntar archivos— solo podemos hacerlo en el foro, lo cual no siempre es conveniente. Este aspecto me parece una limitación, porque obliga o bien a usar el foro para tener disponible esta función, o bien a emplear un sistema de mensajería externo a la plataforma. Otra cuestión que es necesario saber es que el tutor tiene acceso a si los alumnos están usando esta herramienta o no entre ellos. Por supuesto, que no puede acceder al contenido de los mensajes. Señalo esto, porque en la actividad de familiarización con el entorno, se nos pedía que escribiéramos un mensaje al tutor o a un compañero, pero claro, en el caso de que esto pudiera ser evaluativo —que finalmente, no lo es—, yo me preguntaba cómo el tutor iba a saber si estaba haciendo la actividad o no. 
  • Interacción con la herramienta de foros: esta es la que más me convence. Es una ventaja además poder suscribirse a ellos, si uno lo desea. Desde un punto de vista de las necesidades de los alumnos, me parece indispensable el modelo de disponibilidad de foros que hemos visto: 
1.  Foro de consultas técnicas

2. Foro de cafetería: a este espacio creo que tenemos que perderle el miedo, puesto que puede resultar muy enriquecedor. Estoy en ello y por fin, me he atrevido a subir una intervención, por cierto, bastante delicada en lo afectivo. Me he sentido un poco desnuda y creo que era bastante arriesgado porque luego se sacan conclusiones equivocadas sobre inseguridades y se tiende a juzgar. A pesar de todo esto, y siendo plenamente consciente de ello, lo he hecho y me siento contenta y orgullosa de mí misma. Espero que alguien que se tome el tiempo de leer esta intervención y ver el vídeo, piense lo mismo que pensé yo al leer la primera entrada de Miguel: que se sientan identificados, aunque no se atrevan a decirlo.

3.  Foro de dudas de cada módulo

Con respecto a los foros, y de cara al futuro, tengo que recordar avisar a mis alumnos de que no usen este canal de comunicación para cuestiones personales, como ha ocurrido en el foro de Presentaciones. Lo cierto es que, aunque entiendo que esto pueda suceder —a todo el mundo le hace ilusión ver caras conocidas—, creo que es contraproducente por dos motivos. El primero, porque hace sentir a los estudiantes que no conocen a nadie, ajenos al curso, como intrusos. Creo que todos reconocemos esta sensación que es bien desagradable. En segundo lugar, si una está suscrita al foro, recibe una avalancha de mensajes que son difíciles de gestionar ya de por sí y cuya lectura exige un montón de tiempo. Si a esto añadimos además, comunicaciones personales, se nos multiplica el tiempo de trabajo con información no relevante propiamente dicha.
  • Interacción con la herramienta de chat: esta es la herramienta que quizá menos me ha gustado. No sé si debe a alguna versión antigua de chat de Moodle, pero para mí, iba demasiado lenta, con lo cual se perdía esa frescura de la interacción sincrónica, aunque sea mediada por ordenador. Otras herramientas de chat que he probado funcionaban mucho mejor. Por otro lado, a la lentitud con la que andaba la aplicación, creo que había que sumarle silencios: no sé si es que estábamos todos pensando que había otra persona haciendo su intervención y estábamos esperando nuestro turno de palabra, pero sí que me pareció poco operativo, poco natural y muy limitante. Espero que mi siguiente sesión de chat sea mejor
  • Interacción con el calendario: me parece muy positivo poder personalizarlo, pero según pone en el manual de Lara, la opción de planificación del trabajo de grupos solo está visible y editable por parte del tutor. Esto puede resultar otra limitación porque, si los grupos tienen que organizarse entre sí, necesitarán recurrir a herramientas externas a la plataforma
  • Interacción con el blog: me ha parecido interesante y aún estoy dándole vueltas a cómo puedo organizar distintas secciones. Sin embargo, es un desafío interesante. Por el momento, me he decantado por dar a la sección de “glosario” y “herramientas” una solución provisional, pero práctica para poder cumplir con los requisitos de este curso: voy a publicarlo todo al hilo que vayan apareciendo cosas, aunque no quede muy presentable y no pueda buscar una taxonomía de organización que me guste, por ejemplo, alfabéticamente. Otra cuestión con respecto al blog que me sigue preocupando es la de habilitar los comentarios para todo el mundo, cosa que tengo como pendiente, porque una de mis tutoras así me lo ha pedido: requisito de curso. Por mi parte, no estoy de acuerdo con este aspecto. Como dice Cassany en En línea, es importante como tutores trabajar la identidad digital, la de uno mismo y la de los alumnos. Por eso, quisiera poder ejercer mi derecho a moderar los comentarios, porque es una cuestión de identidad digital y de buenas prácticas para con la privacidad digital, que tendré que transmitir a la larga a mis tutorandos cuando sea su tutora.
Mi última reflexión al respecto de la plataforma es el hecho de que escribo aquí estas cuestiones para tenerlas presentes cuando necesite usar Moodle. Por supuesto, que la educación en línea es un tema totalmente independiente a la plataforma que elijamos para la administración de este tipo de enseñanza, pero saber las funcionalidades de la interfaz que se va a utilizar es, sin duda, una gran ventaja.

viernes, 12 de abril de 2013

Mis primeras impresiones: la documentación preliminar

La primera reflexión que me viene a la cabeza es la dificultad de disociar la interacción con la plataforma, de la documentación provista y del diseño de las actividades planteadas. Obviamente, las posibilidades de la interfaz con que contamos, en este caso, Moodle, condicionan sobremanera el tipo de actividades que se pueden desarrollar o la tipología de materiales a la que acceder. Partiendo de aquí, intentaré sin embargo, tratar primero sobre los documentos preliminares para hacernos con la plataforma y el curso.

Me parece imprescindible en este sentido, haber podido contar, además de con las instrucciones para el manejo de Moodle a nivel de usuario —en varios soportes diferentes—, con los documentos FAQ y Recomendaciones para la realización de cursos en línea. En estos casos, la duplicidad de información deja de ser un elemento en el que podríamos perdernos, garantizando la incorporación de los usuarios en el sistema a través del empleo de distintos canales con contenidos recursivos.

Otro elemento fundamental, al empezar un curso de formación en línea, es para mí —tal y como ya ha ido apareciendo sucesivamente en los foros— el envío y recepción de los Mensajes de Bienvenida. Además de servir como primera toma de contacto con el tutor, que pretende dejar sentada su buena disponibilidad, mostrándose cercano y accesible, veo en estos mensajes un componente “psicológico” más. Para mí, estos mensajes funcionan a nivel de rito, empleado este término en su sentido más positivo de la cultura del aula. Es decir, creo que la Bienvenida sirve, tanto al tutor como al alumno, para dotar de una cierta “oficialidad” al curso. Este mensaje se convierte entonces en el disparo de salida y se traduce en un “esto ya ha empezado, luego existe”. Con este ya empezar, creo que lo virtual se realiza en cierta manera, se factualiza más bien, y echa a andar entonces el compromiso fundamental entre tutor y alumno, entre tutor y grupo y, por último, pero no menos importante, entre alumnos y alumnos. Todos tenemos la vivencia de cuando comienza un nuevo curso, ya sea como alumnos o profesores, y no conocemos a sus participantes. Siempre hay una incertidumbre y nerviosismo previos, seguramente, porque sabemos lo importante que son las primeras impresiones de cara a crear cohesión de grupo. Luego, después de la primera clase, yo me suelo quedar con la sensación de que ya ha pasado el “momento de la verdad”. En mi experiencia como alumna, en la formación en línea, este nerviosismo persiste, y el mensaje de Bienvenida funciona para mí como ese atenuante “momento de la verdad”. De ahí mi comparación con el rito: es más fácil ser consciente y hacerte una idea de en qué estás metida, de qué formas parte y de qué irá el curso y cómo será este.

Y aquí, encadeno ya con el último aspecto que me gustaría tocar en esta entrada: la Guía del curso. Este es un documento crucial, ya que es el verdadero recurso que orientará la atención del alumno con respecto al curso en sí. En mi opinión, dentro de este documento una de las cuestiones más relevantes e importantes es que quede reflejado el sistema de evaluación, incluidas las rúbricas, tal y como sucede con el documento con el que nosotros contamos. Sin embargo, quizá también deberíamos tener acceso al grueso de las actividades que compondrán el total del curso. Por supuesto, quizá no en este documento, porque se haría demasiado farragoso, pero sí visibles, al menos, en la parte central de la plataforma. Creo que esto, que en un primer momento, puede dar un poco de vértigo a los alumnos, a la larga es positivo porque incentiva la autonomía del alumno con relación a su gestión del tiempo. Tener conocimiento de lo que se va a ir haciendo, ayuda a una mejor planificación que te permita, por ejemplo, adelantar trabajo, y por otro lado, ayuda a que no nos solapemos en la realización de varias actividades, planteadas de manera sucesiva para incidir gradualmente en un mismo contenido o habilidad hasta llegar a una etapa de consolidación del mismo. pero que tratan de profundizar gradualmente en ellos. Así, creo que se consigue una actuación más efectiva y eficiente por parte del alumno, evitando que caiga en resoluciones y/o respuestas redundantes a actividades consecutivas.